Luego de una investigación abierta por el Senado estadounidense a propósito de la crisis inmobiliaria y financiera ocurrida en el 2007, y en la que las prácticas indebidas del banco Goldman Sachs tuvieron una buena parte de responsabilidad, el Departamento de Justicia de dicho país concluyó que “no hay base viable para entablar un proceso penal con respecto a Goldman Sachs o a sus empleados”.
Sin embargo, desde abril de 2011, cuando fue dado a conocer el informe de la investigación, ya se sabía que Goldman Sachs “realizó operaciones con hipotecas basura durante la crisis sin alertar a los clientes del alto riesgo de esos productos”, una práctica a todas luces fraudulenta y alevosa, que basó su provecho en la posición privilegiada del banco con respecto a quienes le confiaron su dinero.
La decisión de la dependencia gubernamental corona una serie de medidas y acuerdos por los que el llamado “calamar vampiro” se ha ido librando paulatina y cuidadosamente de posibles acusaciones en su contra y de cualquier indicio de responsabilidad por las pérdidas millonarias que hubo cuando la burbuja inmobiliaria estalló en 2007, provocando que miles de personas perdieran fondos de inversión o pagaran hipotecas que sobrepasan por mucho el verdadero valor de sus propiedades. 

tomado de pijamasurf.com